viernes, 7 de enero de 2011

Vivir de la pesca

Herby es un arubiano fanático de la pesca y esa pasión, justamente, es la razón por la que decidió abrir un restaurante, el Driftwood, lugar que hoy maneja junto a su familia. El nombre no puede ser más apropiado, el material y el diseño del lugar imitan a una “ranchería” de pescadores. La madera cruda, la parafernalia marina, los hilos de red y otros elementos, disparan la imaginación de los visitantes, quienes, seguro, se sienten próximos a partir a una aventura en altamar y es que los propietarios del Driftwood, quieren, sobretodo, que cada uno de los clientes se sienta navegando, para completar ese mundo de sensaciones, los pescados que allí son saboreados son sacados del mar, cada día, por la familia de Herby, garantizando su frescura y su rico sabor “a Caribe”. 





Este viejo pescador no solo sirve en sus mesas lo que “toma” del océano a diario, también organiza en sus propios botes y lanchas, expediciones para quienes quieran, como el, sacarle el jugo al mar. La noche que visitamos el Driftwood, era especial: el local está repleto de jóvenes estudiantes, acompañados por sus profesores. En Aruba es común que el último día de clases de cada año, en diciembre, se reúnan los chicos con sus maestros en una cena emotiva y alegre. Las mesas estaban llenas de chicos y chicas con sus mejores galas: ellas bellas y arregladas. Ellos, nerviosos por la cercanía de tanta hermosura. Además de la captura diaria de pargos, meros y otras especies, otra característica del local es el Pan Bati, pan típico arubiano horneado y muy rico. 

Después de comer algunas raciones de Pan Bati, decimos ordenar, en un lugar como ese, consagrado a la pesca, es imperativo comer alguna delicia marina. Me decidí, de entrada, por una sopa de pescado. Fue la mejor manera de prepararme para lo que vino después: una “torta” de cangrejo. La carne blanca del crustáceo dentro de aquel pastel resultó muy rica y su leve toque picante fue simplemente extraordinario. Mientras comía los último bocados de mi “crab cake”, trataba de adivinar cuántas horas fuera del agua tendría mi cena o la forma que fue capturado ese cangrejo o la forma como llegó de la lancha de Herby hasta la mesa. Ese tipo de fantasías y pensamientos pueden ser corrientes en un lugar como Driftwood.

@borisfelipe68

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