Luego de hospedarnos en el Brickell Bay Beach Club, un cómodo y calido hotel ubicado muy cerca de restaurantes, sitios nocturnos y de una hermosa playa, nos tocaba disfrutar de nuestra primera cena en la Isla.
A las 6:45 pm en punto tal y como había acordado, llegó por nosotros Paula, una arubiana de madre colombiana, muy simpática, quien nos acompañó diariamente en nuestro recorrido.
Subimos por una colina que nos mostraba un hermoso atardecer que ya se ocultaba para dar la bienvenida a una noche tranquila, con una agradable brisa de mar. Con mi cámara trataba de captar el paisaje que nos llevaba a un faro: “El Faro California”, que según cuenta la historia, debe su nombre al naufragio frente a la costa del famoso barco California.
A muy pocos metros del faro, se encuentra “La Trattoria El Faro Blanco”, un restaurante especializado en cocina italiana, coincidencialmente una de mis comidas favoritas. Al entrar por un camino de piedras, nos encontramos con una terraza superior con techo y una terraza un poco más abajo sin techo, elegimos una mesa al aire libre y en seguida llegaron nuestros anfitriones de la Oficina de Turismo de Aruba, Mario Arends y Joann Croes. Dos personajes que como el resto de los que me había topado hasta el momento en la Isla , resultaron ser sumamente amables y atentos, cualidad que después de unos días me di cuenta, caracteriza a todos los arubianos.
Al llegar el menú de manos de una chica que se identificó y nos atendió con una gran sonrisa, no sabía que elegir, todo sonaba delicioso, entradas, sopas, ensaladas, carnes, pollo y mariscos. Después de unos minutos de lucha interna, decidí dejando de un lado las recomendaciones maternales de no comer “nada” que tuviera mariscos, por eso de las alergias, del cólera, de la distancia etc. etc., un delicioso Linguine Della Scogliera, con una variedad de mariscos como el pulpo bebé, calamares, almejas, mejillones, camarones bebé, camarones jumbo, albahaca, ajo y una salsa pomodoro realmente exquisita, digno de una fotografía que anexo para que se les haga agua la boca.
Una conversación agradable acompañó la velada, nos paseamos por diferentes géneros musicales y las canciones que estaban de moda en la isla y hasta se tatareó en la mesa “qué tengo que hacer pa’ que vuelvas conmigo, vamos a dejar el pasado atrás”, tema que jamás pensé se tocaría, pero a parte de amables y simpáticos definitivamente los arubianos son alegres.
Finalmente después de disfrutar de un excelente plato, llegó la hora del postre, como siempre las mujeres pendientes de este momento, acompañado de la típica frase: “lo compartimos”. Y así fue, compartimos un delicioso Tiramisú que cerró esa primera noche tan agradable.
La Trattoria El Faro Blanco, un lugar perfecto para compartir en familia o en pareja y disfrutar de la cocina Italiana con sabor caribeño.
Una dato para las personas friolentas como Paula y yo, les recomiendo llevarse una prenda que los proteja cuando las horas de la noche avancen y la brisa los arrope.
Por Andrea Rojas
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