jueves, 10 de febrero de 2011

Aruba, un paraíso en el Caribe

Bon Bini Aruba, es un cordial saludo que recibimos al pasar por la zona de inmigración del aeropuerto internacional Reina Beatrix… Es increíble que desde el momento de nuestra llegada ya sintamos la calidez y buen trato  por parte de las personas de esta paradisíaca isla. Después de recoger mi equipaje salgo e inmediatamente me encuentro con una hermosa  joven arubiana llamada Paula Ochoa, ella es  la persona encargada de recibirnos por parte de la Oficina de Turismo de la Isla, me saluda y nos desplazamos al vehículo en el cual empezaremos un maravilloso recorrido de 5 días por la fantástica Isla de Aruba.



Durante el trayecto hacia el hotel, Paula nos da una información básica que de seguro resultará muy beneficiosa durante nuestra estadía, nos habla de la moneda local, de los idiomas que se hablan en la isla, de la seguridad, de los sitios de interés y de muchos detalles que seguramente  harán que  nuestra visita sea placentera e inolvidable.



Y es que solo imaginémonos: 11 kilómetros de  hermosas playas de arena blanca acompañadas de una brisa cálida, restaurantes especializados en comida local e internacional, tiendas libres de impuestos y con grandes descuentos, vida nocturna hasta altas horas de la madrugada y para todos los gustos, hoteles grandes, medianos y pequeños, pero con todos los servicios, recorridos ecológicos, museos de historia, paseos en catamarán por un mar de múltiples colores, gente 100 % amable y dispuesta a la buena atención de una manera natural que se les nota lo sienten de corazón (Esto es lo que más me gusta)… Mejor dicho, creo que me quedaré corto en palabras al final para expresar esa euforia, esa satisfacción, ese sentimiento y ese bienestar que genera esta visita a un paraíso del Caribe llamado Aruba…Los invito a que sigan esta serie de reportajes que desde hoy publicaremos para que conozcan detalles y experiencias de como pasar unas súper vacaciones en compañía de familiares o amigos o realizar un viaje para negocios en el lugar adecuado.

Por Camilo Fernández

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